Distantes del centro de Oviedo unos tres Kilómetros, emplazados a media altura en la ladera meridional del monte Naranco, de facil acceso a través de su carretera, la Iglesia de San Miguel de Lillo y el palacio de Santa María del Naranco suponen las muestras más descollantes y evidencian las claves del denominado <<Arte Ramirense>>, fase central del prerrománico asturiano y -conforme a su tradicional valoración parabólica- punto culminante de una secuencia estilística.