Finales del siglo XII – Principios del siglo XIII. Monumento Nacional desde 1965.

La planta actual del templo muestra una nave rectangular que se angosta a la altura de la cabecera cuadrada. El zócalo que refuerza el perímetro del edificio está decorado por una cenefa de dientes de sierra.

Los dos accesos del templo conservan su traza románica y son similares aunque el principal posee mayores dimensiones. Ambos constan de una arquivolta lisa de medio punto protegida por un guardapolvo y están decorados con cenefas de medios círculos enfilados y ajedrezados. Sobre la entrada principal de la iglesia se encuentra un sillar labrado con una cruz griega inscrita en un círculo. En la jamba izquierda del acceso Sur, se labra una curiosa inscripción del siglo X. En el sillar del lado opuesto y a la misma altura se distingue otra inscripción de la misma época. En los sillares dispuestos bajo estas inscripciones se conservan dibujos geométricos de los siglos XII-XIII.

Se conservan cuatro ventanas saeteras que calan los muros Norte y Sur de la nave. Además, el testero cuenta con un vano ornamental. Tanto los aleros de la nave como los de la cabecera conservan canecillos, algunos de ellos esculpidos.

En el interior del templo se abre el arco triunfal, formado por dos arquivoltas de medio punto realzadas por guardapolvo con medios círculos enfilados. Apoya a cada lado en tres columnas coronadas por seis capiteles esculpidos con decoración vegetal.

La cabecera conserva su cubierta primitiva, consistente en una bóveda de medio cañón, decorada por el motivo de los medios círculos enfilados.

La iglesia conserva abundantes testimonios de policromía tanto al exterior como al interior de su actual fábrica. Ésta, de tono rojizo, está presente en las portadas, ventanas, canecillos y arco triunfal.