Monte Areo XII (Carreño, Asturias) es un raro túmulo erigido a fines del V milenio a. de C. sobre una estructura de madera (una probable choza) previamente incendiada. Como único elemento instrumental en el monumento neolítico, y gracias a su carbonización, se conservó una pequeña pieza de madera. Su estudio arqueológico, anatómico y taxonómico nos permite identificarla como una probable punta de flecha o arma similar elaborada a partir de una rama de roble.
La excepcionalidad de este objeto leñoso en la prehistoria de la extensa región cantábrica da lugar a distintas consideraciones sobre el instrumental corruptible a partir del mesolítico y el habitual uso de los objetos de madera durante el neolítico. La revisión del túmulo y su estructura en troncos de roble propicia además distintas consideraciones sobre las llamadas casas fúnebres en distintos contextos prehistóricos e ibéricos.