«A la bendita Virgen del Portal, la nuestra Santina, la nuestra Patrona, porque reina en la Villa como en nuestros corazones y es, para todos, madre en cuyo tibio y acogedor regazo se mitigan tantas penas y se secan tantas lágrimas…». Así comienza la ofrenda de la danza del Portal, escrita por «Un cronista de la Villa» el conocido seudónimo con el que firmaba sus escritos Ramón Rivero.