Entre los monarcas hispánicos que más beneficiaron a la iglesia del siglo XII destacó sin duda Fernando II (1157 – 1188). Sus generosas donaciones coinciden con el desarrollo de una importante adtividad artística en el ámbito del tardorrománico hispano, materializada tanto en las fábricas monásticas como catedralicias.
La presente investigación aborda – a partir de las fuentes documentales disponibles- y en el contexto de su patrocinio catedralicio en el escindido reino de León, su relación con los prelados de San Salvador de Oviedo y su implicación en la reforma de la Cámara Santa, uno de los mayores empeños constructivos de la sede asturiana.