Durante el reinado de Alfonso III (866-910) se redactaron varias crónicas a través de las cuales la monarquía asturiana emprende la continuación de una tradición historiográfica que había quedado interrumpida, según todos los indicios, desde la invasión musulmana. El estudio de las tres crónicas que forman el llamado <<Ciclo de Alfonso III>>, en sus dos versiones <<Rotense>> y <<A Sebastián>>, ha puesto como la intención que movió a su redacción fue demostrar que el reino asturiano era legítimo continuador del visigodo de Toledo convirtiendo en lógicas y lícitas las pretensiones de Alfonso III para recuperar dominar la Península.