Quizá ninguna figura como Campomanes resume tan bien la crisis del reformismo ilustrado y refleja sus contradicciones de forma tan clara. Campomanes expresa mejor que ningún otro personaje político de la segunda mitad del siglo XVIII las características de este reformismo que el rey Carlos III no dudó en alentar en todo momento.Tuvo la suerte de pertenecer desde el primer momento al grupo social que el rey favoreció y que por consiguiente acabó haciéndose con el poder en detrimento de la llamada casta colegial que lo había detentado anteriormente. Conscientes todos ellos de que su acceso al poder se lo debían exclusivamente al rey no dudaron en exaltar hasta el paroxismo el poder real.