En la primavera de 1929 visita Villaviciosa el escultor valenciano Benlliure y Gil, invitado por una comisión maliayesa que quería encargarle la realización de un monumento dedicado a la memoria del industrial Obdulio Fernández Pando, fundador de la empresa Valle, Ballina y Fernández, quien había fallecido dos años antes. Este artículo recupera la historia y principales avatares de aquella composición escultórica, que es la principal de las tres obras realizadas por el autor en Asturias.