Cada año, desde 1896 según las referencias escritas más antiguas (edición del primer programa de festejos), los maliayos de nacimiento y de corazón se dan cita todos los meses de septiembre, a partir del día 12, para rendir culto a su Virgen, la del Portal, la Virgen maliaya. Las verbenas a la veneciana, la quema de globos grotescos o las verbenas de mantones eran algunos de los actos programados para aquellas fiestas del Portal de 1896, además de los obligados conciertos de la Banda Municipal de Música, junto con un concurso de gaiteros y bailadores.
Con el paso del tiempo las fiestas en honor a la Virgen del Portal fueron aumentando en actividades y en días de duración. En 1903 las fiestas se desarrollaron durante cuatro días, del 12 al 15 de septiembre.
Lógicamente, en comparación con las fiestas que durante estos últimos años se vienen celebrando, aquellos primeros festejos poco tienen que ver con los de ahora. Atrás quedan las romerías y verbenas que se celebraban en lugares tan dispares, geográficamente, como el parque de la Alameda, la calle del Carmen, el Ancho o la plaza Santa Clara.
Las gramolas, los conciertos de la Banda Municipal, que acabarían desapareciendo a comienzos de los años sesenta, y la música popular, irían cediendo terreno a los conjuntos orquestales y, más recientemente, a las orquestas espectáculo y las atracciones de artistas muy conocidos.
Es la principal fiesta del concejo y se celebra en Villaviciosa capital del sábado al miércoles siguiente al 8 de septiembre. Son cinco días de actos culturales, pruebas deportivas, grupos folclóricos, orquestas y atracciones a nivel internacional.
Uno de los eventos más multitudinarios es la tradicional procesión de la Virgen, que culmina con la danza del Portal, creada por el maestro Renedo, artífice igualmente de su música, con letra de Ramón Rivero, y estrenada durante las fiestas de Nuestra Señora del Portal de 1954.
La devoción por la Virgen del Portal es tanta y el cariño tan profundo, que a la patrona se la trata con diminutivo: La Portalina. Se lleva todas las miradas estos días, y los actos en su honor se complementan con actividades propias de unas fiestas con mayúsculas.
El programa en su conjunto es una invitación generalizada a la diversión, un pretexto para el encuentro entre vecinos, familiares y visitantes, coincidiendo con los últimos días del estío y las vacaciones.
