<<La sidra en Asturias es más necesaria todavía que el vino; unas veces se hace de ella comercio, y prueba perfectamente a los naturales lo mismo que la cerveza a los ingleses y vizcaínos. Su gusto es más agradable que el de esta y aún que el del vino. Estando bien cocida y sazonada, purifica los espíritus, calienta el estómago y templa al mismo tiempo la sangre, produciendo en el cuerpo humanos efectos maravillosos que no tiene el vino. La sidra es accesible al pobre y al rico>> (1779).