A finales del siglo XIX, un dinámico grupo de profesionales y capitalistas puso en marcha diversas iniciativas comerciales e industriales que favorecieron el desarrollo de Villaviciosa. Es el caso de la industria de escabechar pescado que el leonés Juan Mardomingo monta en 1888 en Tazones; la chocolatería de Bernardo de la Ballina Peláez; las denominadas fundiciones de Lorenzo Celayeta y Andrés Roza; o la fábrica de conservas de frutas de Vigil y Valle, creada en 1896. En la imagen, puede verse el encabezamiento de correspondencia que empleaba esta fábrica en el año 1898.