Siglo XIII. Monumento Nacional desde 1960.
Esta iglesia sorprende, no solo por la calidad de su ornamentación escultórica, sino también por su excelente decoración, compuesta íntegramente por sillares de cuidada factura.
La portada principal está compuesta por tres arquivoltas con capiteles esculpidos. Todo ello cobijado bajo un guardapolvo decorado y protegido por un tejaroz que contiene canecillos y metopas esculpidas, que recogen una variada muestra del repertorio iconográfico románico tanto profano como religioso presente en los templos más ricos de la zona.
La portada meridional, de carácter secundario, posee una estructura mucho más sencilla: se abre en un arco de medio punto y el único elemento ornamental se encuentra en el guardapolvo.
La ventana monumental en el muro testero consta de una arquivolta de medio punto decorada y envuelta por un guardapolvo de tetrapétalas. Apoya en dos pequeñas columnas coronadas por capiteles esculpidos.
En el interior destaca el arco triunfal compuesto por dos arquivoltas ligeramente apuntadas realzadas por un guardapolvo decorado. Este conjunto cuenta con capiteles esculpidos.
Además, en la iglesia se conserva una pila bautismal desornamentada de gran interés ya que presenta una forma cúbica, muy poco frecuente en la época.