El siglo XVIII fue el partero de la realidad que nos rodea, No es esto ninguna reflexión absurda. Hasta ese momento el hombre había vivido, después de millones de años en condiciones de horda, dentro de la civilización del Neolítico. Si Columela levantase en el siglo XVIII la cabeza, miraría como normal todo lo que sucedía en los campos, en la ganadería. Si apareciese Juliuo Cesar, sabría perfectamente maniobrar con los ejercitos entonces existentes. Estrabón se entendería muy bien con Juan de la Cosa. Cicerón comprendería perfectamente lo que pretendía los cabezas redondas británicas hasta conseguir cortar la suya al rey Carlos. El Agripa renacentista de Re Metallica podía habér sido un amigo de Plinio el Joven, y así sucesivamente.