La carretera en dirección a Oviedo ha permanecido acompañando a los habitantes de Villaviciosa durante muchos años, no siempre estuvo asfaltada y hubo una época en la que los arboles acompañaban al viajante parte del camino, en el paso se podía encontrar la casa de indianos de Villaviciosa, emplazada en el barrio de Les Baragañes de la parroquia de Amandi. Fue construida entre 1.894 y 1.902 para Antonio Fernández Pando, que había hecho su fortuna en Acapulco (México). Era hermano del también indiano Obdulio Fernández Pando (1.858 – 1.927), gran benefactor de Villaviciosa y socio mayoritario de “Valle, Ballina y Fernández”. Aunque no se hayan conservado los planos u otro documento que constate la autoría del edificio se afirma que su creador fue el arquitecto Antonio de Suardíaz (1.868-1.939), el mismo que diseño el ayuntamiento de Villaviciosa.